Al principio cuando te das cuenta de que tu situación económica no es la adecuada y decides empezar a gestionar adecuadamente tu dinero comienzas con mucha fuerza.
Durante dos meses, mantienes un presupuesto durísimo que prácticamente no te deja nada para ocio y diversión y después de ese tiempo tienes la sensación de que no estás disfrutando de tu vida.
En ese momento cualquier tentación se multiplica por 100. Y cuando vuelves a caer en el gasto lo haces a lo grande, comprando un montón de cosas que no necesitas y gastando sin control. Vuelves otra vez dónde estabas al principio. Y ahora además con una enorme sensación de culpabilidad y fracaso.
¿Y Dónde está el Problema?
El problema es que si vas a cambiar la forma en que gestionas tu dinero o bien necesitas una increíble fuerza de voluntad o necesitas seguir una estrategia basada en la moderación, sobre todo al principio.
¿Por qué? Al saltar de cabeza a un estilo de vida muy ahorradora desde un estilo de vida muy derrochador, es un cambio tan brusco que tendrá repercusiones en tu día a día que ni siquiera imaginas. Por no hablar de las repercusiones psicológicas.
Piensa en ello como si fuera una dieta. Hacer una dieta funciona mejor dentro de un marco de apoyo y moderación. Si te comprometes a pasar de comer mucha comida rápida a mucha ensalada y comida saludable y lo haces de golpe y sin nadie que te apoye, ¿cuál es el resultado más probable? Que después de un tiempo la acabas dejando derrochando en peor estado físico, emocional y psicológico.
En resumen, si estás concienciado de que ha llegado la hora de cuidar tus finanzas personales no lo intentes todo de una vez.
Cómo Cuidar tus Finanzas Personales Poco a Poco
Lee QuePréstamo ( u otro blog o recurso financiero) y encuentra esos consejos que parecen compatibles con tu vida. Yo puedo exponer muchos consejos y maneras de gestionar tus finanzas personales, pero seamos sinceros. Todos los consejos no son para todo el mundo.
No tienes porque seguir cada consejo financiero que lees o escuchas, de hecho, hacerlo es una mala idea. En su lugar tienes que encontrar los que son compatibles con tu vida e ir a por ellos.
Establece objetivos a corto plazo que sea relativamente sencillo alcanzar. Comprométete a usar un 5% de tus ingresos para hacer un pago extra a tus deudas de tarjeta de crédito. Ponte como objetivo ahorrar un 10% de tus ingresos todos los meses.
Al principio no te pongas grandes metas que parecen inalcanzables. Estás aprendiendo a caminar. No quieras escalar montañas desde el principio.
Prémiate un poco. Eso no quiere decir ir y gastarte 1.200 euros en un fin de semana loco de gastos y consumo.
Si te gustan los libros, compra uno o dos libros o si prefieres los juegos de consola, cómprate un después de conseguir un objetivo. Permítete una cena fuera por cada cierto número de comidas que preparas en casa.
Premios pequeños como estos no deshacen tu progreso y, mejor aún, sientan como golosinas reales en lugar de cosas cotidianas en tu vida por lo que las disfrutas aún más.
Cuando las cosas están funcionando sin problemas, ve añadiendo más cosas a la mezcla. Si has ahorrado un 10 de tus sueldo todos los meses sube al 15%. Si has dedicado un 5% de tus ingresos para hacer pagos extras a tus deudas ahora dedica un 10%.
Si finalmente has acabado de pagar el crédito de tu coche, dedica el dinero que antes era para pagar el crédito ahora para depositarlo en una cuenta de ahorros para cuando necesites comprar otro coche.
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