3 Preguntas que Debes hacerte Antes de Pedir un Préstamo

3 Preguntas que Debes hacerte Antes de Pedir un Préstamo

Préstamos Hipotecarios

Uno de mis amigos lleva dándole vueltas a la cabeza desde un tiempo a la idea de convertir y acondicionar su trastero en una especie de sala de juegos.

Poner un televisor con pantalla grande, un par de sillones, una mesa de juego. Básicamente, él quiere tener un lugar de esparcimiento para estar con sus amigos durante los fines de semana y ver deporte.

Ha solicitado un préstamo hipotecario a una tasa de interés del 6% y, cuando me pregunto que pensaba, él esperaba que le iba a decir “¡Tío, hazlo ya! Que buena idea!”sin embargo mi respuesta no fue precisamente esa.

Le dije que ahorrara el dinero cada mes necesario para dentro de unos años realizar la obra sin meterse en un crédito y así tener un nuevo pago cada mes. No hace falta decir que no le gusto el consejo y que todavía sigue pensando que hacer.

3 Preguntas antes de Pedir un Préstamo Hipotecario

Mi consejo para él, y también para ti, si te encuentras en una situación parecida era que antes de pedir un préstamo con garantía hipotecaria te hagas 3 preguntas. Si no puedes responder ‘SI’ a todas ellas, entonces no debes solicitar el préstamo

¿Es un gasto realmente necesario? Pedir un préstamo para realizar una sala de juegos está claro que no es necesario desde ningún punto de vista. Si necesitas el préstamo para acondicionar tu casa porque se encuentra en mal estado y necesitas vivir ahí, entonces si es algo necesario.

¿Aumenta el valor de tu casa por lo menos tanto como el valor del préstamo? Con una remodelación de la cocina puedes lograrlo, incluso mejorando los cuartos de baño pero ¿poner una sala de juegos en el trastero?

No digo que no tenga un “mercado” interesado pero probablemente no aumentará el valor de la casa.

¿Reduce la carga total de tus deudas? Por ejemplo, si tienes muchas deudas de tarjeta de crédito puede ser interesante pedir un préstamo con garantía hipotecaria, es decir, unir todas tus deudas en una, que aunque aumenta el número de años a pagar y por lo tanto los intereses a cambio te permite ir más holgado cada mes.

No es una solución perfecta, pero puede servir de mucha ayuda en determinados casos. Por supuesto solo funcionaría en caso de tener un fuerte compromiso de no meterse en más deudas.

Esto deja una última pregunta, ¿qué debes hacer si tienes un gran gasto que no cumple estas condiciones anteriores? Si no es necesario, no aumenta el valor de tu vivienda o no disminuye tu carga de deudas, entonces debes ahorrar para realizar el gasto y no pedir un préstamo.

Establece un plan de ahorro, donde determines la cantidad que necesitas, cuando quieres o puedes tener el dinero ahorrado y comienza a ahorrar esa cantidad todos los meses.

¿Vemos un ejemplo? Mi amigo estima que acondicionar el trastero le costará unos 25.000 euros. Si contrata el préstamo con garantía hipotecar al 6% en 5 años, tendría que hacer unos pagos mensuales de 483,32 euros, lo que sería un gasto total de 28.999,20 euros.

Por otra parte, si el empieza a ahorrar 483,32 euros al mes y guarda el dinero en una cuenta de ahorros al 3,00% TAE, tendría sus 25.000 euros en menos de 4 años. El desembolso que haría de la obra sería de unos 22.5000 euros. Al mostrar moderación, mi amigo se ahorraría más de 6.000 euros.

También podría ahorrar únicamente 362 euros al mes y así tener los 25.000 euros en 5 años. Esto significa que pagaría 120 euros menos al mes por el simple hecho de ser paciente.

Sin embargo, un argumento que mucha gente usaría es que el extra de 6.000 euros que se pagan de más al pedir el préstamo es la “pena” que se paga por disfrutar de la sala de juegos 4 años antes.

Básicamente, estás aceptando pagar al banco 133,68 euros más en forma de “alquiler” durante los primeros 48 meses solo para tener la sala ahora.

Eso, como se puede ver, es muy poco saludable financieramente ya que estás añadiendo otro gasto mensual a los que ya tienes.

Recuerda, que cada factura mensual que tengas, significa menos dinero para ahorrar e invertir y por lo tanto más lento el avance hacia la libertad financiera.